LA ESPIRITUALIDAD EN TIEMPOS DE CRISIS
El presente de la humanidad nos plantea grandes retos y dificultades, el Coronavirus, la guerra y el cambio climático, entre las más importantes. Es de cada quien afrontar estos sucesos desde una perspectiva negativa o positiva. Todo lo que está ocurriendo no es algo que se pueda remediar fácilmente, no está en nuestras manos, pero lo que sí podemos hacer es cambiar nuestro corazón y la forma de vivirla internamente para convertirla en un aprendizaje y cambio.
En momentos de crisis los pilares de la raza humana tambalean, generando incertidumbres y angustias ante realidades desconocidas. Son en estas circunstancias cuando el ser humano busca refugio, fortaleza y esperanza ante situaciones adversas que los han desojado de sus vanas seguridades.
La espiritualidad, entendida como la capacidad que tiene cada persona de trascender del tiempo y el espacio y relacionarse con el SER, nos permite resignificar de manera constante la vida ante los múltiples escenarios a las cuales nos debemos enfrentar, una resignificación desde la esperanza, paz interior y felicidad, valores que se deterioran ante las situaciones complejas.
En este momento quiero que te cuestiones tus propios ideales, propósitos, seguridades y miedos. Cuando estos son cuestionados, la mayoría de veces surge la espiritualidad como fuente que permitirá tener una lectura esperanzadora de una realidad trágica para algunos.
La gran diferencia de dos personas ante un mismo problema radica en la actitud o la manera como se afronta la misma realidad y allí juega un papel muy importante la espiritualidad, porque le brinda ante la desesperanza y el desasosiego una ilusión y una convicción de fortaleza y a la vez de triunfo ante lo impensable de una solución. Es muy importante desde donde se lee un acontecimiento, porque de ello dependerá el éxito o fracaso en afrontarlo.
¿Cómo afrontar las cosas desde una actitud positiva?
Ten en cuenta estos aspectos para no perturbar tu actitud positiva:
• Buscar fuentes de información confiables y evitar en lo posible dedicar mucho tiempo a una misma noticia negativa.
• Ser selectivos, lo cual permitirá cuidar nuestros sentidos, encargados de alimentar las emociones buscando animar la fe y la paz interior.
• No exponerse al negativismo y la incertidumbre colectiva fortalece la vida espiritual, ayuda a encontrar esperanza y tranquilidad, asimilando los acontecimientos desde una perspectiva más positiva. Quitando en cierta medida el absolutismo a la diversidad de información que se recibe.
• Tener una lectura diferente de una misma realidad entendiéndola como una oportunidad de afrontar un problema, pero con la esperanza de saber que se solucionara y no se declinará frente a él.
La condición actual de la humanidad nos muestra la necesidad de cultivar el amor que brota de lo más profundo; admirar mi grandeza desde lo pequeño que soy, admirar al otro y agradecer su presencia, porque el planeta tierra sigue siendo hermoso, aún en este tiempo de dificultad.