¿QUÉ SE NECESITA PARA QUE EL CUERPO SE MUEVA?

El movimiento involucra el cerebro, nervios, huesos, músculos, articulaciones, sus ligamentos y tendones asociados. Nuestro cerebro envía un mensaje a lo largo de los nervios motores que le indican a los músculos que se contraigan. Cuando un músculo se contrae, éste tira del hueso con la ayuda de los tendones y hace que se mueva. El movimiento ocurre de manera tan fluida que rara vez pensamos en ello, a menos, que nos cause incomodidad y molestias.

Nuestro cuerpo se forma de hasta 206 huesos que están unidos entre sí por más de 300 articulaciones. Las denominadas sinoviales son aquellas responsables del movimiento que nos permiten agacharnos, sentarnos, ponernos de pie, estirarnos, dar vueltas, girar… Por este motivo es importante que no nos dejemos llevar por acciones automáticas y hagamos un esfuerzo por recordar las pautas adecuadas para mantener una higiene postural adecuada.

Nuestra actividad cotidiana, se compone de cientos de movimientos repetitivos acordes con nuestra actividad profesional, hábitos personales posturales y práctica deportiva intensa o moderada, por ejemplo. La posición corporal adoptada para cada acción, las posturas mantenidas y forzadas, con demasiada frecuencia, pueden provocar dolor y molestias. A todos estos elementos debemos sumarle la edad y el propio deterioro musculoesquelético asociado al envejecimiento.

Esta repetición de movimiento y sobrecarga articular y muscular, principalmente repercute en el cuello y hombros, codos, muñecas… es lo que se conoce como lesión por esfuerzo repetitivo (LER).

Hay otros factores que pueden afectar nuestras articulaciones y músculos, como el sedentarismo, siendo éste una amenaza constante para la salud en general y motivo de incapacidad. El sedentarismo como causa o consecuencia, tiene una relación directa con el peso corporal. Los índices de sobrepeso y obesidad en la sociedad moderna son una alarma que afecta a nuestras estructuras articulares, principalmente rodillas y caderas, suponiendo además una sobrecarga lumbar.

Aproximadamente 15 kg o más, por encima de normopeso suponen una presión adicional de las articulaciones mencionadas, haciendo compresión sobre el cartílago de estas estructuras y afectando al colágeno y por lo tanto, a la movilidad de dicha articulación.

Nuestro movimiento es dependiente de un componente prioritario, el cartílago articular. Este tejido de apoyo, flexible y fuerte es capaz de soportar cargas pesadas de compresión. El cartílago articular depende del líquido y membrana sinovial para el suministro de nutrientes y la eliminación de productos de desecho. Es liso y más resbaladizo que el hielo, lo que permite a los huesos moverse libremente sin fricción. La actividad física moderada y ejercicio progresivo suave, ayudan a mantener la lubricación de las articulaciones y favorece el tono muscular, sostén de nuestro esqueleto.

Por ejemplo y para todas las edades, natación y paseos con un buen calzado para caminar, ayudan a nutrir y activar las articulaciones para facilitar, sin molestias, el movimiento.

Además de los factores posturales, con la edad, la capacidad de regeneración del cartílago se ve afectada, disminuyendo la velocidad de reparación. Esta situación a medio-largo plazo puede desencadenar en osteoartritis ya que el deterioro del cartílago produce falta de lubricación y amortiguación produciendo dolor, rigidez y falta de funcionalidad.

¿Qué podemos hacer? Recomendaciones generales para cuidar nuestras articulaciones:

  • Mantenerse físicamente activo.
  • No fumar.
  • Reducir los alimentos ricos en purinas (como vísceras y mariscos, espárragos, puerros, coliflor…) y evitar la ingesta de azúcares industriales. Especialmente en situaciones como gota y otras patologías del aparato locomotor.
  • No consumir alcohol.
  • Mantener un peso corporal adecuado.
  • Seguir una dieta saludable y equilibrada adecuada a nuestra edad y condiciones individuales.
  • Buscar consejo profesional para la incorporación de complementos alimenticios que apoyen el mantenimiento de nuestras articulaciones.
  • Beber agua.
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