PROBIÓTICOS Y PREBIÓTICOS: ALIMENTOS FUNCIONALES

Tanto los alimentos con probióticos, como con prebióticos, son compuestos funcionales, que cumplen una función que va más allá del aporte de nutrientes. Ambos tienen la capacidad de modificar, a favor de la salud, algunas respuestas fisiológicas por parte de organismo.

Los prebióticos son alimentos no digeribles que aportan efectos saludables al estimular selectivamente el crecimiento o la actividad de una bacteria o un limitado número de ellas en el colon, mejorando la digestión y el estreñimiento. Por su parte, los probióticos son alimentos funcionales que contienen microorganismos definidos y viables, en número suficiente para alterar la microflora con beneficios para el estado general del organismo. En resumen, no son más que microorganismos vivos que pueden ayudar a mejorar la salud, en concreto, bacterias o levaduras que normalmente suelen encontrarse en el organismo.

Alimentos funcionales: ¿de dónde salen?

Los probióticos más utilizados son bífidobacterias, lactobacilos y saccharomices, que se encuentran en yogures, kéfir, chocolate negro o chufas.

Alteraciones del tránsito intestinal

Algunos fermentados con bifidobacterias son capaces de reducir el tiempo de tránsito intestinal entre un 10 y un 22%, dependiendo de la dosis, lo que es beneficioso para las personas que tienen tendencia a presentar estreñimiento. Por otro lado, también modulan el tránsito a las personas que tienen tendencia a presentar diarreas. Así, se ha observado en numerosos estudios que existe una menor incidencia de episodios, y una menor duración de éstos, en personas que ingieren probióticos, tanto en diarreas infantiles, diarrea del viajero, la asociada con el consumo de antibióticos o la causada por la mal digestión de la lactosa.

Mejora de la respuesta inmunitaria

Se ha demostrado en animales que el tejido linfoide asociado al intestino aumenta su capacidad de respuesta a patógenos, cuando el intestino recibe probióticos durante un tiempo continuado. Los probióticos, además de frenar el desarrollo de patógenos, refuerzan la acción del intestino como barrera, con lo que evitan que los microorganismos perjudiciales puedan pasar al torrente circulatorio. También aumentan la actividad de linfocitos y macrófagos, y estimulan la respuesta inmunitaria humoral al aumentar la producción de *-interferón (con efectos antivíricos, profilácticos y activadores de las células NK), lo que mejora la permeabilidad intestinal alterada con la inflamación.

Cáncer

Estudios epidemiológicos recientes han encontrado una relación inversa entre el riesgo de presentar diversos tipos de cáncer y el consumo de dietas que incluyen alimentos probióticos. Éstos pueden reducir las enzimas que transforman los procarcinógenos en carcinógenos e inhibir el desarrollo de tumores malignos.

Los productos lácteos fermentados, como el yogur, el kefir y preparados, alimentos o suplementos probióticos, contienen Lactobacillus, bifidobacterias y otras formas bacterianas beneficiosas

Concentración de colesterol en sangre

El mecanismo podría ser debido a que los ácidos grasos de cadena corta pueden alterar la síntesis de colesterol. Además, las bacterias pueden conjugar ácidos grasos biliares y facilitar su eliminación a través de las heces. La disminución enterohepática de ácidos biliares hace imprescindible que el hígado retire colesterol de la circulación para poder sintetizar más sales biliares.

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