LUNA DE SANGRE – 7 DE SEPTIEMBRE DE 2025

Entre mitos, sombras y portales invisibles

La noche del eclipse lunar total, cuando la Luna se tiñe de rojo y el cielo se silencia, algo en nosotros también cambia. Más allá del espectáculo astronómico, hay un eco antiguo que resuena en muchas culturas del mundo: la leyenda de la Luna devorada.

Una historia que habla no solo de lo que ocurre en el cielo, sino de lo que se mueve en el alma humana.

La Luna bajo ataque: mitos del eclipse en distintas culturas

Durante siglos, los eclipses lunares fueron interpretados como momentos de crisis cósmica. La explicación era simple pero poderosa: algo o alguien estaba atacando la Luna.

  • En la antigua China, se creía que un dragón celestial se tragaba la Luna durante los eclipses. Las personas salían a hacer ruido con tambores y cacerolas para ahuyentarlo.
  • En Mesopotamia, eran demonios los que devoraban la luz, anunciando desequilibrios y castigos divinos.
  • En culturas indígenas de América Latina, como los mayas o los quechuas, el eclipse era una lucha entre el sol y la luna, o entre un jaguar cósmico y el cielo mismo.

Aunque hoy sabemos que los eclipses tienen causas astronómicas, estas leyendas nos revelan algo mucho más profundo: el miedo ancestral a perder la luz, a quedar en sombra, a no entender el caos.

Pero, ¿y si no es destrucción… sino transformación?

El eclipse lunar no solo oscurece la Luna. Oscurece nuestra visión habitual.

Interrumpe el flujo.

Suspende el tiempo.

Y justo allí, en esa pausa cósmica, algo se abre.

En la astrología y la espiritualidad, los eclipses lunares son considerados puentes entre lo visible y lo invisible. Momentos donde el velo entre dimensiones se adelgaza. Donde lo que normalmente no vemos (ni fuera ni dentro) puede mostrarse.

¿Qué revela un eclipse?

  • Nuestras sombras no resueltas

Así como la Tierra proyecta su sombra sobre la Luna, nosotros también proyectamos.

Los eclipses revelan lo que hemos reprimido, negado o evitado mirar.

  • Cierre y renacimiento de ciclos

Astrológicamente, los eclipses lunares son momentos de cierre emocional.

Lo que no se sostuvo, lo que ya no vibra contigo, puede desmoronarse para dar paso a lo nuevo.

  • Un acceso al alma colectiva

Como si todo el inconsciente colectivo respirara más fuerte, el eclipse permite sintonizar con emociones universales: miedo, duelo, esperanza, liberación.

Entre el cielo y la tierra: el eclipse como espejo interior

El eclipse lunar no “devora” la Luna.

Nos muestra que incluso la luz más constante puede desaparecer por un momento… y luego volver.

Así funciona la transformación:

a veces necesitamos perder la claridad, pasar por el caos, quedarnos en silencio, para poder reencontrarnos con una versión más consciente de nosotros mismos.

¿Qué puedes hacer durante un eclipse lunar?

  • No te distraigas, obsérvate. Es un momento de conexión, no de acción impulsiva.
  • Escribe lo que estás soltando. El eclipse corta. Permite que algo se vaya.
  • No busques respuestas. Solo estate presente. Lo que necesita revelarse, lo hará… aunque no sea esa noche.

El verdadero significado de la Luna devorada

Quizás los antiguos no se equivocaban del todo.

Quizás sí hay algo que quiere “devorar” la Luna…

Pero no para destruirla,

sino para revelarnos que incluso la oscuridad tiene un propósito.

Y que al otro lado del eclipse, siempre hay luz.

Una luz más profunda, más sabia, más auténtica.

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