LA IMPORTANCIA DE CUIDAR EL HÍGADO

El hígado es uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo ya que es el encargado de eliminar las toxinas que vamos acumulando. Las convierte en partículas más fáciles de eliminar mediante la orina, los excrementos y la sudoración principalmente.

Tiene una estrecha relación con el sistema digestivo ya que el hígado fabrica la bilis que ayuda a descomponer los alimentos y a asimilarlos. Su funcionamiento también afecta al sistema inmunológico, al metabolismo y al equilibrio hormonal. Además, es el encargado de producir las enzimas necesarias para la mayoría de funciones vitales.

El hígado es el único órgano visceral con capacidad de regeneración, es decir, cuando el tejido está sano, es capaz de regenerarse si se secciona una parte. A pesar de esta asombrosa habilidad, existen algunos factores que impiden que se regenere y en consecuencia desarrolla la enfermedad hepática. Algunos de estos son:

Factores hereditarios: como por ejemplo la hemocromatosis, en la que se produce una acumulación excesiva de hierro que daña el tejido y altera su correcto funcionamiento. El hierro es necesario para el transporte de oxígeno, pero en concentraciones elevadas resulta dañino.

Infecciones víricas que dan lugar a una hepatitis: la cual es una inflamación del hígado que, si persiste, con el tiempo puede evolucionar hacia una cirrosis y finalmente puede acabar causando cáncer de hígado.

Los estilos de vida poco saludables: son los mayores motivos de disfunción hepática y muy frecuentes. Se asocian a la enfermedad hepática alcohólica o a la enfermedad de hígado graso no alcohólico, ambas consecuencias directas del abuso del alcohol la primera o de una mala alimentación la segunda. Y es que, como ya hemos explicado en varios post, la salud está estrechamente vinculada a lo que tu comes.

Sin embargo, las enfermedades más frecuentes, son las ocasionadas por los estilos de vida poco saludable, que afectan a un porcentaje importante de la población del planeta y que se pueden prevenir adoptando nuevos hábitos saludables.

Muchos especialistas recomiendan hacer una depuración del hígado de vez en cuando, para limpiar las toxinas y las grasas acumuladas y los líquidos retenidos. Las épocas más adecuadas para hacerlo son durante los cambios de estación y después de una temporada de excesos como Navidad.

El hígado requiere atenciones especiales. Es fundamental estar atentos a cualquier síntoma que alerte problemas, especialmente si hay exposición a algún factor de riesgo. 

Estos síntomas pueden variar en función de la enfermedad. Sin embargo, muchas de estas manifestaciones son similares y requieren una evaluación médica para determinar su origen.

Las principales señales de alerta de que el hígado no está funcionando bien, son: 

  1. Dolor en la parte superior derecha del abdomen.
  2. Náuseas y vómitos, sobre todo después de consumir alimentos irritantes y grasosos.
  3. Dolor de cabeza recurrente.
  4. Sensación de fatiga o cansancio sin razón aparente.
  5. Mal aliento y sabor metálico en la boca.
  6. Piel y ojos amarillentos (ictericia).
  7. Orina oscura y cambios en los hábitos de micción.
  8. Pérdida del apetito.
  9. Heces amarillentas, grisáceas o blanquecinas
  10. Inflamación abdominal, digestiones lentas y estreñimiento.
  11. Sensación de comezón por todo el cuerpo.
  12. Sangrados digestivos.
  13. Infecciones o alergias cutáneas.
  14. Baja tolerancia a medicamentos como los antibióticos.
  15. Edema o acumulación de líquidos en las extremidades.
  16. Descontroles metabólicos, como sobrepeso, obesidad y problemas de glucosa en la sangre.

RECOMENDACIONES

Si bien lo mas importante, en caso de ya tener un padecimiento hepático es acudir regularmente a seguimiento médico y evitar los factores de riesgo, aquí ponemos algunas recomendaciones alimenticias que de algunas manera contribuyen al bienestar hepático las cuales deben ser combinadas con una adecuada dieta.

La alcachofa: Te ayuda a reducir las células de grasa y a conseguir que el tejido se renueve, evitando así la temida cirrosis hepática.

Infusión de menta y diente de león: El hígado necesita mantenerse siempre en buenas condiciones. Por ello, se recomienda beber una infusión diaria de 5 gramos de diente de león con 5 gramos de hojas de menta ya que esta combinación favorece la depuración.

Katuka o raíz del Himalaya: La medicina ayurveda la ha utilizado durante siglos para tratar los problemas hepáticos. La investigación actual sobre Picrorhiza kurroa se ha centrado en su actividad hepatoprotectora, anticolestática, antioxidante e inmunomoduladora.

Cardo Lechoso: Se ha utilizado desde la antigüedad para el tratamiento de cirrosis y para proteger el hígado de la hepatitis viral, los efectos perjudiciales del alcohol y los fármacos hepatotóxicos. En la década de 1960, investigadores alemanes estaban tan impresionados con la eficacia clínica del cardo lechoso como para empezar a examinar sus componentes activos. En 1986, la Germany’s Commission E aprobó un extracto oral de cardo lechoso estandarizado al 70% de contenido de silimarina cruda como un tratamiento para la enfermedad hepática.

Consumir ajos en ayunas: Un diente de ajo en ayunas acompañado por un vaso de agua hará que nuestro organismo se acostumbre día a día a ir depurando toxinas nada más empezar bien el día.

Cúrcuma: Esta planta se usa en multitud de sistemas de medicina tradicional (China, Hindú y Ayurvédica) para aliviar problemas como los trastornos hepáticos, anorexia, reumatismo o la diabetes. Estos posibles beneficios sobre la salud se han relacionado con las propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y anticancerígenas de la curcumina.

Vegetales verdes: Consumir brócoli, col, apio y espinacas, limpian el hígado de cualquier clase de toxinas. Asimismo, nos ayudan a controlar el colesterol del cuerpo.

Caminar o hacer deporte: Hacer actividad física diariamente al menos durante media hora, ayuda a oxigenar la sangre y a la eliminación de grasas y toxinas del cuerpo.

Limón: Es un alimento que ayuda a limpiar materiales tóxicos que se pueden encontrar alojados en el hígado y en su proceso de digestión. Beber el jugo de medio limón con un vaso de agua tibia ayuda a mantener nuestro hígado en perfecto estado.

Nueces: Uno de los mejores beneficios de las nueces para nuestra salud es que tienen un alto contenido en glutatión y omega-3, dos elementos indispensables que facilitan que el hígado pueda realizar sus tareas de desintoxicación y limpieza.

Manzanas: Consumir una manzana al día con cáscara ayuda a que el hígado limpie toxinas, facilite también nuestra digestión y cuide nuestro corazón.

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