EXCESO DE CALOR AMBIENTAL, ¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS?
Tras años de advertencias de los científicos, estamos experimentando de cerca los efectos del cambio climático: subida de temperaturas, sequía, incendios…y esto cada vez se acelere más.
Además, es necesario saber que el clima que tenemos y tendremos será muy distinto al clima que vivieron nuestros abuelos y debemos adaptarnos a él, para lo que será fundamental usar la multitud de datos de los que se disponen.
¿Qué es un golpe de calor o insolación?
El golpe de calor está ocasionado por un aumento de la temperatura corporal debido al exceso de calor ambiental, sobre todo en condiciones de humedad, o de un esfuerzo físico intenso.
La principal causa de esta situación es una subida de la temperatura corporal por encima de los 40°C que, acompañada de síntomas como sensación de mareo, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, debilidad, confusión, sueño o convulsiones, puede derivar, si no se detecta a tiempo, en consecuencias mucho más graves como un fallo multi-orgánico.
La insolación también se produce por la exposición a temperaturas elevadas, pero no es tan grave como el golpe de calor que es una emergencia médica, especialmente en niños o personas mayores.
Algunos de los síntomas de la insolación son parecidos a los del golpe de calor (dolor de cabeza, mareos, náuseas y vómitos, pulso fuerte e irregular, cara congestionada, …). Sin embargo, en la insolación la persona suda, pero en el golpe de calor el sudor cesa y la piel está seca, caliente y enrojecida.
¿Qué ocurre cuando se pierden líquidos?
La propia respiración, el sudor y el ejercicio físico, entre otras cosas, van disminuyendo las reservas de líquido de nuestros tejidos.
Por si fuera poco, con los años, se tiene menos sed y, además, el cuerpo no percibe que se está deshidratando hasta que no ha perdido el 1% de los líquidos, algo que ya puede tener algunas consecuencias (peor humor, dificultad para pensar con claridad, mareos, somnolencia y cefaleas, entre otras cosas).
Cuando se ha perdido el 2% de agua corporal (una deshidratación moderada) se nota sequedad en la boca, escaso volumen de orina, pulso cardiaco rápido y falta de elasticidad de la piel.
A esto hay que sumar que la energía física desciende un 20%. Por ello muchas personas, en estos casos, intentan ganar energía comiendo algo, pero no es la solución correcta porque el cuerpo necesita agua, no comida.
¿Cómo prevenir un golpe de calor o insolación?
Las medidas de prevención para evitar un golpe de calor son:
Beber agua: Para evitar el golpe de calor es clave una buena hidratación. Es importante beber abundante cantidad de líquido durante todo el día, preferentemente agua, aunque zumos naturales, infusiones o batidos también funcionan.
Alimentos ricos en agua: Es fundamental comer de forma regular alimentos que contengan agua, que sean frescos y que favorezcan la hidratación como por ejemplo las frutas. Todo esto ayuda a que el cuerpo esté totalmente hidratado.
Frutas y verduras, los alimentos más hidratantes
La ingesta recomendada de líquidos es de 2,5 litros diarios para un hombre y 2 litros para una mujer.
Es una cantidad que no se refiere solo al agua: también incluye otras bebidas y alimentos con un contenido hídrico alto. Pero, ¿cuáles son los alimentos y bebidas que más hidratan?
Zumos y batidos vegetales caseros
Los zumos y batidos de fruta y/o verduras, sin azúcar añadido, contienen aproximadamente un 95% de agua.
Pero eso no es todo: también aportan vitaminas, minerales, antioxidantes y energía procedente del azúcar de la fruta.
Frutas y verduras frescas
Podríamos decir que algunos alimentos, como la sandía y el melón, son básicamente agua. La primera contiene un 92% de líquido, y el segundo un 90%.
Pero el resto de frutas y verduras tampoco se quedan cortos: el contenido en agua de los vegetales, por lo general, supera el 85%.
Se pueden tomar en crudo o cocinados. Si se preparan al vapor y al dente conservarán mejor sus propiedades nutricionales.
Otros alimentos que aportan agua
Aunque las frutas y las verduras son los ingredientes con más agua en su interior, en realidad todos los alimentos sólidos la incluyen en una u otra proporción.
El arroz y la pasta contienen alrededor de un 70% de agua.
El pescado y el marisco suelen aportar entre un 65% y un 80% de agua.
Las carnes, más densas, suman entre un 40% y un 65%.